miércoles, 18 de abril de 2012

XV Liguilla Dos Estaciones – Club de Vela Puerto de Andratx – 15 de abril de 2012


Otra prueba de la disputada liguilla, dja la próxima y definitiva de lo más interesante. Como siempre nos lo cuenta el cronista de las regatas del Club de Vela, y amigo de este blog, Luca Monzani.

Undécima prueba

 Ayer el viento fuerte y la mar gruesa azotaron nuestra rada con suficiente intensidad como para suspender la tercera prueba de la Liguilla de tripulación reducida. El Comité de regatas esperó con escrupulosidad y buena esperanza para poder dar la salida a una flota impaciente, por un lado, y atemorizada por otro: tampoco es una cuestión de valientes y temerosos… A nuestro mar, cuando ruge con fuerza y viene de Poniente empujado por vientos superiores a los veintiocho nudos, hay que respetarlo y todavía amarrados en puerto, mejor evitarlo. Así fue como el sol de primavera continuó iluminando el resto del día las rompientes espumosas del mar color añil y blanco, mientras el vivo viento hacía silbar a las jarcias de los veleros que no llegaron a soltar amarras. Ya de noche, llegaría la lluvia.

Hoy domingo, el panorama parecía mejor en la pantalla de mi ordenador escrutando los partes y todos los modelos de predicción meteorológica disponibles en la red. Al salir de casa y conducir hacia el Club de Vela y adentrándome en un tormentón de lluvia y granizo, mi idea fue cambiando. Como siempre, hasta que no estás allí en medio flotando con tus compañeros, no se puede pronosticar nada. La sorpresa es parte de nuestro entorno, de este litoral, de esta regata.


Las montañas cubiertas de cielo y nubes de color plúmbeo y gris muy oscuro, casi negro… el agua de igual tono y agitada. La resaca de ayer es evidente con una mar de fondo del Oeste aún muy formada y las olas de rebote agrazan las crestas y se entrecruzan, mientras una marejadilla en superficie rozada por la Tramontana ya despierta a primeras horas de la mañana, complica la navegación.

Con más olas que viento, aunque este último fresquito y racheado del 330º, el Comité monta un recorrido llamado en las Instrucciones de regata Foxtrot, barlovento – sotavento, de dos millas de distancia entre balizas. Un “bastón”, de aquellos donde la maniobra cuenta, de ésos donde la tripulación suda, con muchas viradas contra el viento y trasluchadas a favor de él, con cruces frecuentes entre barcos y donde muchas veces hay que recordar quién tiene la preferencia...  si el que sube o el que baja, el de sotavento o el de arriba, rumbos debidos o espacio en boya, interiores, compromisos, en definitiva todo el reglamento que a veces en la procesión de las regatas costeras, pocas veces se presenta. Aquí y ahora, se repasa todo. Es técnico, es físico, es intenso, emocionante y hoy, desconcertante para algunos: está claro que hay quienes huyen de un trazado de estas características, unos por ser demasiado duro para sus aspiraciones de domingo entre amigos y no hay tiempo ni siquiera para una cerveza y otros por las características y configuración de su barco. No se presenta en nuestra pequeña bahía la posibilidad demasiadas veces de montar un recorrido así, con viento del cuadrante adecuado y lo suficientemente constante en cuanto a dirección, para tener suficiente distancia entre boyas y mantener los tramos de la forma que toca, perpendicular al viento.
¡Cae alguna gota de lluvia y nunca llueve a gusto de todos! Para mí es un acierto por parte del Comité, la perspectiva de navegar hoy en un recorrido así, apuntando al Puig de na Pópia, el punto más alto de la Isla Dragonera desde la línea de salida, para ceñir a rabiar y luego bajar en popa y volver a ceñir y así sucesivamente, sacándole punta al barco y exprimiendo a la tripulación. Esto es de lo más satisfactorio al final del día de regatas.

La costa sigue muy oscura casi negra, pero el viento y el mar siguen constantes e imperturbables desde la misma dirección amparando al Comité a dar inicio a esta undécima prueba de la XV Liguilla Dos Estaciones, penúltima de ésta gran edición. Salida para la clase 1 y 2 para este recorrido dando cuatro vueltas o lo que es lo mismo, dieciséis millas de genuina maniobra.

En los últimos compases del procedimiento de salida, a las once y diecisiete horas de la mañana, todos los grandes corriendo línea, bien colocados, a punto de dar la estocada final orzando al viento en el último segundo del último minuto para cruzar la línea de salida atacando a las grandes olas con vehemencia, mostrando a barlovento las afinadas obras vivas: de sota a barlovento, The Italian Job III, Nadir V, Marecchiare, Ropit IV, Windancer, Banff, Meltemi, ordenados buscando su velocidad y mejor ángulo… el alemán, algo lento tras un cambio de vela de proa, muy apurado en el último momento tras la señal de preparación.

Tras ellos, la clase 3 y 4, igual de formada y con la misma intensidad y en busca también del mejor hueco… el Comité favorecido por el viento que hacia guiños a derechas, a bordo del Macarella marcando con determinación a pié de Comité hasta el último minuto al Bachibuzuk, orzando, cayendo y al ataque nuevamente, controlando a un Cremise por sotavento, al Andiria llegando de lejos por barlovento y con velocidad, al Fehurihi a babor y amurado de la otra banda, Aukan y Always más a sotavento. Marcos, mi proa cantando esloras a la línea, Juan trabajando la mayor sin pausa, Rafel cazando el genoa pesado de rayas negras, tirando de la escota con una mano y girando la maneta a toda velocidad con la otra, Elvira y Gustavo desde la banda vigilando barlovento y yo…  sencillamente timoneando un gran velero, buscando velocidad y espacio con el corazón lleno de adrenalina tras una salida buena.

Rumbo de ceñida amurados a estribor 290º/300º, apuntando al mar, baliza al 330º: este es el bordo bueno pues de virar ahora, el rumbo sería noventa o cien grados más, es decir el ángulo sería peor respecto al “target” de barlovento. Al tener por el través las puntas de sa Dent y luego de Galinda, el viento rolaba ligeramente, haciéndome valorar la posibilidad de intentar el otro bordo antes del “layline”, aquella línea imaginaria marcada por el ángulo de ceñida opuesto y que te permite llegar a la marca de barlovento sin pasártela. Un role en el viento a derechas o izquierdas, en consecuencia, cambiaría esta línea. El primero en virar Andiria y Bachibuzuk tras él. Cremise seguía por mar. Fehurihi, Liv y Arco Iris ya apostaron por tierra tras la salida. Al fondo, con la Dragonera de telón, los grandes empezaban a virar la baliza y volar sus spis: IJ3 y su inconfundible estampa magenta intenso, Nadir V blanco y ambos spis asimétricos, configuración hoy poco favorable en este tipo de recorrido, pues con viento intenso no te permiten navegar profundo en la empopada y la velocidad de aproximación (VMG) a la siguiente marca es menor respecto a un spi convencional o simétrico que, con el tangón extendido a barlovento ofrece mayor superficie vélica y mejor ángulo.
Meltemi y Ropit IV, en un intenso cuerpo a cuerpo, volando uno un spi blanco Confortina, otro uno rojo Siemens Mobile, ambos simétricos y efectivamente bajando mejor que los de enfrente, seguidos de Windancer, Gruñon, Banff con spis igualmente simétricos. Azahar con problemas en la izada cayendo el spi al agua con una driza que no llegó a quedar trincada del todo… el resto ya entremezclándose con la flota 3 y 4 que seguía y que ceñía mucho y rápido.

Media hora de regata con buen viento y mar algo desordenada, los cruces empiezan a ser la tónica de la emocionante regata de la que somos protagonistas y se empiezan a marcar distancias: Bachibuzuk delante en tiempo real nuevamente muy a gusto en estas condiciones; Andiria en su línea habitual muy consistente y maniobrando muy bien, rápido y acertado. Cremise, rapidísimo en ceñida, nosotros en popa. La empopada, muy dura manteniendo el spi estable y la velocidad además de conseguir el famoso “VMG” (Velocity Made Good) lo más alto posible, viviendo muy de cerca la regata de los grandes pues al final, los casi treinta barcos hoy compitiendo en ambas categorías, estamos en un cuadrilátero de dos millas de diagonal.

No se puede pedir más en un día como hoy.

Tras la primera empopada y una arriada de spi algo complicada, cuesta arriba otra vez y la vigorosa tripulación respirando hondo, la segunda ceñida se hizo parecida a la anterior, sin grandes cambios, aunque ganado un poquito por tierra esta vez, ya que el viento rolaba a la derecha hasta un 350º casi Norte y calmando de bonancible a flojo al final. Con ola, sacábamos partido a lo nuestro y arañábamos algo al Cremise, al Always por detrás y a los del Bachi, Andiria y Mary Anne, siempre por delante también.

La costa aclaraba y nos salvábamos del agua del cielo, siendo el escenario tras varias vueltas, casi caótico pero intenso, vibrante y colorido. Barcos casi enormes ciñendo con otros pequeñitos, otros bajando cuesta abajo de igual manera… Meltemi iza el spi no se si por segunda o tercera vez y lo hace por el puño de amura, no por el de driza… Ropit IV le sigue en las cortas distancias, podría adelantarse pero… dramáticamente comete el mismo error: el afán, la tensión, luego la rabia, incluso el desespero se apodera de las tripulaciones que han de remediar un desaguisado costosísimo en términos de velocidad y tiempo. Cosas de las maniobras, cosas de los bastones, cosas de las regatas sin duda.

Tras dos vueltas para la clase 3 y 4, cruzamos la línea de llegada no muy lejos de nuestros directos rivales y lejos de los demás. Pocos segundos después, arriado el spi y con la proa hacia el puerto, cedía nuestra driza de mayor… aquello habría sido un desastre para nuestro resultado. Tampoco puedo decir que tuviéramos suerte, pues al romper, el extremo de la botavara cayó con violencia sobre la frente de Juan, nuestro armador, propiciándole una brecha además de un susto importante. Seguro que en los muchos partidos de su dilatada carrera deportiva recibiría golpes peores de jugadores de más de dos metros de estatura, pero este desde luego fue inesperado. Hielo cedido por el barco amigo, por Tián y su Cremise, botiquín y tiritas nuestras hicieron el resto y pudimos decir con la competitividad que siempre nos ha caracterizado, que a pesar de… un tercero, para un segundo en la general ¡bien merece un golpe!
Andiria alcanza su sexta victoria en esta temporada, apuntalando la Liguilla a su favor y merecidamente. Tomeu Ozonas además, casi tiene la obra pictórica en liza al ganador del mayor número de pruebas en su pinacoteca y aunque falte por disputar una prueba no descartable…
Pep Lluís y su jovencísima tripulación, Pau Toni, José Luís “George Michael”, Víctor y demás muchachos que lamento no recordar ahora, finalmente le han encontrado el punto al barco, con velas de primer orden y navegando con acierto: tras otra brillante prueba y navegando siempre delante, rápido y bien, se clasifican segundos, recortándonos otro valioso punto y manteniendo el podio en la clasificación general.

Ropit IV de Matias Enseñat, pagaría carro el final de la prueba y no adelantaría a Meltemi de Holger Diekmann, éste último, en un viento que caía y rolaba caprichosamente en los últimos compases de la prueba, con un tercero, perdería una regata muy a su favor y el liderato en la clasificación general…
Nadir V de Pedro Vaquer vencería justamente aunque casi sorprendido y recuperaría el primer puesto de la general. Scott Beattie celebraría junto con su mujer Linda, “uncle” Tom su hermano, Tom su hijo y el resto de la tripulación genuinamente familiar, una muy trabajada, dura e intensa prueba en la que conseguiría su primer podio, un merecido segundo puesto que le hace subir considerablemente tanto en la tabla como en los ánimos. Enhorabuena amigo Scott y permitidme… “dear Scott, great job! You are there getting all the best out of your genuine crew, congratulations”.

Una sabrosa paella, una acogedora cantina, Tián y Fatima al frente de la flota en tierra, alimentando nuestras tertulias marineras hasta el ocaso mirando hacia el futuro y preguntándonos algunos acerca del porqué esta Liguilla del Club de Vela tiene tanto éxito, recordando aquellos tiempos en los que había que reunir a gente para poder dar una salida, aunque luego regresaran enseguida a puerto y siguieran en el mar unos pocos aventureros que se contaban con los dedos de una mano. Mis recuerdos en este Club de Vela no llegan tan lejos, pero hay una historia que merece ser contada y afortunadamente tenemos protagonistas de hoy y de ayer para hacerlo algún día, todavía no.

Ahora tenemos esta Liguilla por concluir: una regata nada más, que será nuestro Trofeo Presidente y esto si habrá que contarlo.

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